SIEMPRE LIBROS
TODAS LAS EDITORIALES EN UNA SOLA PÁGINA
GUARDÉ EL ANOCHECER EN EL CAJÓN HAN KANG
PREMIO NOBEL DE LITERATURA
La autora que ha cautivado a millones de lectores en el mundo con novelas como La vegetariana y La clase de griego nos sorprende y deslumbra también como poeta.
«Una de las escritoras más sublimes que pueblan el escenario contemporáneo».
Berna González Harbour, El País
Descripcion de Guardé el anochecer en el cajón
Premio Nobel de Literatura en 2024, Han Kang se revela en Guardé el anochecer en el cajón como la gran poeta que alienta tras sus muy celebradas ficciones. El «anochecer», ese espacio ambiguo entre dos luces, se convierte en el escenario en el que una voz dolida e inteligente nos habla de la soledad, la enfermedad, el encuentro entre muertos y vivos, la fuerza frágil de la palabra, la necesidad del arte. Sin conocer en detalle la anécdota que genera el poema, el lector ingresa sin embargo en un ámbito de inmediata y poderosa intimidad que termina haciéndolo partícipe de una especial trascendencia cotidiana. Se trata de una poesía delicada, oscura, inquietante y tremendamente visceral, que pone el cuerpo y las emociones en su mismo centro. Como ha dicho la autora en The New Yorker, «el lenguaje es como una flecha que siempre falla el blanco por un margen estrecho y es también algo que transmite emociones y sensaciones que producen dolor».
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La autora que ha cautivado a millones de lectores en el mundo con novelas como La vegetariana y La clase de griego nos sorprende y deslumbra también como poeta.
«Una de las escritoras más sublimes que pueblan el escenario contemporáneo».
Berna González Harbour, El País
Descripcion de Guardé el anochecer en el cajón
Premio Nobel de Literatura en 2024, Han Kang se revela en Guardé el anochecer en el cajón como la gran poeta que alienta tras sus muy celebradas ficciones. El «anochecer», ese espacio ambiguo entre dos luces, se convierte en el escenario en el que una voz dolida e inteligente nos habla de la soledad, la enfermedad, el encuentro entre muertos y vivos, la fuerza frágil de la palabra, la necesidad del arte. Sin conocer en detalle la anécdota que genera el poema, el lector ingresa sin embargo en un ámbito de inmediata y poderosa intimidad que termina haciéndolo partícipe de una especial trascendencia cotidiana. Se trata de una poesía delicada, oscura, inquietante y tremendamente visceral, que pone el cuerpo y las emociones en su mismo centro. Como ha dicho la autora en The New Yorker, «el lenguaje es como una flecha que siempre falla el blanco por un margen estrecho y es también algo que transmite emociones y sensaciones que producen dolor».